El mercado de la automoción vive una transformación sin precedentes ante el gran reto que supone reducir los gases contaminantes con un cambio de modelo que penaliza la conducción de vehículos con motores diesel y de combustión en las llamadas zonas de bajas emisiones de los centros de las ciudades.

 En este contexto, las ventas de coches diésel cayeron un 40% el pasado mayo y tuvieron una cuota de mercado del 5,2% cuando en 2010 representaban el 71% de todas las matriculaciones y era el combustible más popular por su eficiencia y el ahorro que suponía para el bolsillo de los conductores.

La tónica de las motorizaciones de gasoil ha marcado en la última década un paulatino retroceso con el hundimiento de las ventas de este tipo de vehículos que se ha acelerado en los últimos meses hasta cifras impensables hace unos pocos años. Así, el pasado mayo se vendieron 5.860 turismos diésel y todoterrenos nuevos, un 40% menos respecto a las 9.792 matriculaciones de mayo de 2024, que ya fue un mes malo con un desplome que llegó al 15,4%.

De hecho, en España hace meses que se matriculan más coches eléctricos que diésel e, incluso, también han sido superados por los motores de gas que registraron 6.478 ventas, es decir, un 183% más, lo que pone de relieve que es la tecnología que más crece y la que va por delante de los modelos eléctricos y los híbridos enchufables.

Ante esta realidad, la consecuencia más inmediata es también la brusca caída del consumo de gasóleo, según evidencian los últimos datos publicados por la corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), que constata que bajó un 0,7% en abril hasta las 1,85 toneladas métricas (Mt), mientras que las gasolinas de automoción subieron un 9,4% hasta 0,59 Mt en el mes.

En este sentido, el precio del diésel mantenía una racha de caídas de siete semanas consecutivas, aunque repuntó esta última tras los ataques desatados entre Irán e Israel, mientras que el valor de la gasolina se venía mantenido prácticamente estable, aunque también ha subido en esta quincena.

Asimismo, en el balance del primer cuatrimestre, el consumo de gasóleo suma una caída del 0,8% hasta un total de 7,12 Mt, mientras que las gasolinas (especialmente la sin plomo 95) registran un incremento interanual del 6,2% hasta un total de 2,1 toneladas métricas, según los datos de Cores.

Los expertos sostienen que a pesar del desplome en las ventas de coches diésel, el gasóleo sigue siendo el carburante de automoción más utilizado en España, especialmente en vehículos comerciales y de mayor tamaño como camiones, autobuses y maquinaria agrícola, industrial y marítima debido tanto al buen rendimiento que aportan estas motorizaciones así como por su menor coste.

Precisamente, por su uso como combustible profesional, el gasóleo es más económico por litro que la gasolina, entre 10 y 20 céntimos, debido, entre otros motivos, a una menor carga fiscal, con impuestos especiales hasta ahora más bajos pero que el Gobierno trata de incrementar hasta igualar su coste con la gasolina para poder recibir el quinto pago de los fondos Next Generation EU que ascienden a 25.000 millones de euros que aún están pendientes.

Mayoritarios. Pese a este nuevo orden político y económico de eficiencia y sostenibilidad, los vehículos diésel siguen siendo mayoría en el parque automovilístico español, ya que casi tres de cada cinco turismos en activo utiliza este combustible. En 2024, el 58,9% de los motores funcionaban con gasóleo, lo que equivale a unas 18.427.111 unidades, según datos de Anfac. Aunque esta cifra ha experimentado una ligera reducción con respecto a 2023, el diésel sigue siendo el carburante más común en el parque automovilístico español, que tiene una edad media de 14,5 años, una de las más altas de Europa.